En el año de 1524, arribó a Zacoalco, Francisco Cortes de San Buenaventura, quien no logró someter a los aborígenes. Como la mayoría de ellos huyeron a Sayula, el encomendero de ese poblado, Juan De Escarcena, ordenó fundar Zacoalco con Mexicas, Otomíes y 12 Españoles que protegían a la Reyna Malinxalchith, (Flor del Mal Hermoso) . Esta Reyna fue asesinada de un flechazo en el corazón por un paisano de ella, por haber pactado con los frailes Franciscanos, posteriormente Zacoalco pasó a pertenecer a la Provincia de Avalos.
Cuenta la leyenda que en Zacoalco, reinaba Malinxalchith, “Flor del Mal Hermoso”. En toda la región de Zacoalco, y hasta los territorios más lejanos se hablaba de la Reyna Malinxalchith, ella era una belleza sobrenatural, era una joven de ojos grandes, cejas y pómulos bien delineados, gozaba de un busto exuberante y su cuerpo era como de sirena, Malinxalchith había nacido con el don de la belleza, de la inteligencia, del mando y la gracia de ser sensible, tierna, y benefactora, a la vez.
Por todas partes se comentaba que en Tzacoalco existía una mujer bella de nombre Malinxalchith, quien asimismo gobernaba la república indígena, de Tzacoalco. Los nativos de Tzacoalco se sentían muy orgullosos de ser gobernados por una mujer tan sin igual. Malinxalchith, acostumbraba a recibir y atender a los pobladores de Tzacoalco bajo una bonita ramada que tenía en el jardín de su casa, dicho jardín se encontraba rodeado por la laguna de Tzacoalco y lo adornaban plantas de flores multicolores y exóticas; paradójicamente también adornaban sus bellos jardines un sin fin de aves exóticas, la leyenda dice que Malinxalchith tenía también el don de comunicarse con las aves.
Todos los días, desde los pueblos más distantes venían personas a visitar Tzacoalco, y aprovechaban para conocer a la hermosa Reyna Malinxalchith, a quien consultaban con algún tema importante, los visitantes le traían muchos regalos de sus pueblos, como lo eran Ameca, Ahualulco, Cocula, Tizapanito de Los Chiles, Atotonilco el Bajo,Estipac, Santa Ana, Atemajac, Tapalpa, Teocuitatlán, Atoyac, Techaluta, Amacueca, Sayula, y muchos otros pueblos aledaños; dicen que su fama trascendía hasta Michoacán, Colima por el Sur y por el Norte más allá de Nayarit.
Malinxalchith contaba con 12 Españoles quienes la protegían por órdenes del encomendero Juan De Escarcena, entre ellos había algunos guardias nativos de Tzacoalco, en esa época Tzacoalco todavía profesaba sus propias ceremonias religiosas conformes de un pueblo indígena de costumbres Otomíes y Mexicas. Como era costumbre y tradición las ceremonias religiosas en Tzacoalco eran precedidas por Malinxalchith, sin embargo los Españoles tenían otros planes para la Reyna Malinxalchith, ellos querían que la Reyna aceptara la religión Católica, y se las inculcara a los naturales, ofreciéndole construir un hermoso convento. Fue con ese motivo que los Frailes Franciscanos, se acercaron con la hermosa Reyna Malinxalchith y después de mucho tiempo y muchas negociaciones la Reyna Malinxalchith aceptó evangelizar a su pueblo permitiendo la construcción del convento de San Francisco y el templo de San Vicente.
Uno de los Guardias nativo de Zacoalco, al ver que la Reyna Malinxalchith había pactado con los Franciscanos no pudo soportar lo que él consideró como una traición a su raza, a su pueblo y a su religión, el guardia urdió un plan para llevar a cabo el asesinato de la Reyna, entonces preparó su arco y flecha, aplicándole un poco de veneno en la punta y en cuanto tuvo a la Reyna Malinxalchith, a una corta distancia le disparó aquella flecha letal la cual acertó en el corazón de la hermosa Reyna, muriendo instantáneamente en su jardín maravilloso y rodeada de sus aves exóticas.En el año de 1524, arribó a Zacoalco, Francisco Cortes de San Buenaventura, quien no logró someter a los aborígenes. Como la mayoría de ellos huyeron a Sayula, el encomendero de ese poblado, Juan De Escarcena, ordenó fundar Zacoalco con Mexicas, Otomíes y 12 Españoles que protegían a la Reyna Malinxalchith, (Flor del Mal Hermoso) . Esta Reyna fue asesinada de un flechazo en el corazón por un paisano de ella, por haber pactado con los frailes Franciscanos, posteriormente Zacoalco pasó a pertenecer a la Provincia de Avalos.