Caperucita roja
¿Quién no conoce la historia de Caperucita roja? Este cuento popular ha sido contado a niños y adultos durante generaciones, cautivando la imaginación de todos con su trama emocionante. Pero, ¿sabías que el origen del cuento es mucho más oscuro? En este artículo exploraremos cómo surgió esta famosa historia y descubriremos la importante lección que se esconde detrás de sus páginas. Listo para adentrarte en el bosque junto a Caperucita roja? ¡Vamos!
Origen del cuento Caperucita roja
El origen de Caperucita roja es incierto y se remonta a la Edad Media. Algunos creen que el cuento fue creado por los campesinos para entretenerse en las noches oscuras, mientras que otros sugieren que podría haber sido una historia inventada por los monjes con el propósito de enseñar valores morales.
La versión más antigua del cuento escrita data del siglo XVII y se titula “El cuento de la abuela”, en donde una niña es engañada por un lobo quien le hace pensar que era su abuela. En esta versión no existe aún la figura del cazador salvador, sino que la pequeña logra liberarse sola.
A lo largo de los años, diferentes autores han añadido detalles e interpretaciones al relato original hasta llegar a ser conocido como lo conocemos hoy. El famoso final feliz, donde un cazador mata al lobo y libera a Caperucita roja y su abuela pudo haber sido incorporado después como un mensaje optimista para niños.
A pesar de todas estas variaciones, lo cierto es que Caperucita roja sigue siendo uno de los cuentos infantiles más populares en todo el mundo. Y aunque ha pasado siglos desde su primera aparición, aun continúa cautivando nuestra imaginación gracias a su emocionante trama y personajes entrañables.
Cuento Caperucita roja:
Esta era una historia clásica sobre una niña que fue enviada por su madre a visitar a su abuela. La jovencita llevaba comida para la anciana, tomando el camino del bosque. Sin embargo, se topó con un lobo malvado, quien trató de engañarla para desorientarla y hallar la casa de su abuela antes que ella.
Estaba una preciosa niña muy cariñosa con su madre y abuela. Siempre las apoyaba y como recompensa el día de su cumpleaños recibió una capucha roja de parte de la abuela. La llevaba siempre puesta y así fue como todos la empezaron a llamar Caperucita Roja.
La madre de la niña más famosa del cuento, Caperucita Roja, decidió encargarle a su hija una tarea para que le llevara una cesta preparada con toda clase de comida a su abuela quien vivía en el bosque. Esto incluía un tarro de mantequilla y un pastel hecho por ella misma. Caperucita se emocionó al saber esto y aceptó encantada.
Caperucita, mantente atenta a tus pasos cuando caminas por el bosque y no te demores mucho.
Alegremente el muchacho aceptó la solicitud de su madre.
Caminando descuidadamente a través del bosque, una chica despertó la curiosidad de un lobo, que pronto comenzó a perseguirla.
¿Adonde te diriges, Caperucita?
Fui a casa de mi abuelita para entregarle esta caja con un pastel y margarina.
Me gustaría verla también, ¿por qué no competimos? Tú ve por una ruta y yo marcharé por la otra.
Está bien, de acuerdo.
El lobo intentó encontrar una forma más rápida de llegar a la casa de la abuelita antes que su presa y decidió mandarla por el camino más largo. Su estrategia resultó exitosa, pero al llegar a destino fue sorprendido por un cazador. A pesar de esta mala fortuna, el animal se disfrazó de Caperucita para echarle una mano a la abuelita.
Alguien preguntó quién era la persona que estaba allí y la abuelita respondió.
El lobo se dirigió a Caperucita identificándose como él mismo.
El orgulloso padre le dijo a su hija que entrara con una sonrisa y un caluroso abrazo.
La bestia entró en la casa de la abuelita con intención de cazarla, encontrándola preparada para pegarle un bocado. Luego se puso su camisa para tomar impulso y meterse en la cama donde esperaría la llegada de Caperucita.
Pasar un rato en el bosque permitió que la niña disfrutara de su tiempo, recogiendo nueces y flores. Esta actividad le hizo llegar un poco más tarde a casa, pero una vez allí llamó al timbre para avisar a sus padres.
El lobo intentó dar un tono más suave a su voz cuando respondió con la pregunta de: ¿Quién es?.
Se trata de mí, Caperucita. He traído una torta y un frasco de la deliciosa mantequilla para ti.
Su madre le dio una cálida bienvenida a su llegada, invitándola a pasar al interior de la casa.
Caperucita estaba sorprendida al encontrar a la abuelita con aspecto diferente, sin saber muy bien que era lo que había sucedido.
La pequeña niña dejó de jugar con los animales de la granja para acercase a su abuela y exclamar maravillada: ¡Tienes ojos tan grandes!
Tu madre te dará un par de gafas para que puedas ver más claro hija.
- Abuelita, ¡cuánto has crecido en tus orejas!
Estas palabras fueron dichas para que la persona que hablaba pudiera entenderse mejor. Se supone que al mejorar la calidad del sonido, se puede escuchar con mayor claridad.
El pequeño expresó su asombro al ver la sonrisa de su abuela, una que era mucho más grande de lo normal.
Exclamaron excitados mostrando los alimentos que habían preparado para que pudieras disfrutarlos mejor.
En el momento que el lobo mencionó estas palabras, Caperucita se convirtió en otra de sus víctimas al ser devorada. Su capacidad digestiva fue tan grande que quedó con una somnolencia difícil de sacarlo.
El cazador, impaciente por ver qué había ocurrido dentro de la casa de la abuelita después de que ingresara Caperucita con el lobo, se apresuró a entrar. Al encontrar al ave del mal con la barriga abultada, adivinó lo que había sucedido y sacó su cuchillo para liberar a la niña y a la anciana.
El lobo fue puesto a dormir con una boca remendada. Pero al despertar tenía tanta hambre que, cuando se acercó al agua para beber, cayó dentro y casi lo ahogaron.
Luego de reunirse con la señora y su abuelita, Caperucita decidió escuchar siempre lo que le recomendara su madre a fin de no volver a pasar por lo mismo.
Moraleja del cuento Caperucita roja
Caperucita Roja es uno de los cuentos populares más conocidos en todo el mundo. La historia nos cuenta cómo una niña llamada Caperucita Roja tiene la tarea de llevar comida a su abuela enferma, pero desobedece las instrucciones de su madre y termina siendo devorada por un lobo feroz.
La moraleja del cuento es muy clara: hay que obedecer a nuestros padres y tener cuidado con los extraños. Los niños deben aprender a ser precavidos y no confiar en cualquier persona que se les acerque sin conocerla primero.
Además, el cuento también nos enseña sobre las consecuencias de nuestras acciones. Si no seguimos las instrucciones dadas por aquellos que amamos, podemos terminar metiéndonos en problemas innecesarios o peligrosos.
Es importante inculcar estos valores desde temprana edad para garantizar la seguridad y bienestar de nuestros hijos. Debemos enseñarles a tomar decisiones responsables y tener precaución cuando estén solos fuera del hogar.
En conclusión, el cuento Caperucita Roja sigue siendo relevante hoy en día debido a sus valiosas lecciones sobre obediencia, precaución y responsabilidad personal.